Y me he visto hoy con una rabieta como si volviese a tener 14 años. Yo que me esfuerzo en demostrar que he madurado viniendo al otro extremo del mundo...y aprendiendo a hacerlo todo sola.
Y aún así, volví a casa y nada había cambiado, es como si de repente volvieses desde un siglo adelante y te forzases a vivir otra vez un siglo atrás, y no hablo por el país, hablo del desarrollo personal...amo a mi familia, les quiero más que nada en este mundo, pero nadie ha querido ver en qué me he convertido. Sigo siendo la misma para ellos, siguen sin querer entender el cambio, sin querer verlo... Ha sido bastante duro que después de un año viviendo fuera de casa sigan sin aceptar y apoyar el que yo esté aquí. Lo único que he oído es...vale un año más pero sólo uno.
Y ¿qué con lo que yo quiera? ¿Le importa a alguien?
Y mis decisiones, malas o buenas, ¿las escucha alguien?
Y cuando alguien te trata así, como si tuvieses 5 años, acabas comportándote como tal. Y acabas arrepintiéndote del daño que haces con tus palabras, porque usas palabras de alguien que tiene 30 años, con la mala leche de una niña pequeña, y eso no tiene vuelta atrás, es como el pez que se muerde la cola.
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